Cerca del tiempo de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Dios les envió a Abraham y Sara tres ángeles en forma de hombres. Después de que Abraham les dio comida, el ángel de Dios preguntó, “¿Dónde esta Sara?”
Y Abraham respondió, “Ella está adentro.”
Entonces, el ángel dijo, “Cerca de este tiempo el próximo año, Sara tendrá un hijo.”
Sara se rió a sí mismo, pensando, “¿Cómo voy a tener este gozo, ahora que mi esposo y yo estamos tan viejos?”
Pero Dios dijo, “¿Por qué se ríe Sara? ¿Acaso hay algo demasiado difícil para Dios?” Entonces Dios cumplió lo que había prometido y ella quedó embarazada. Después, Sara dio a luz a un hijo en el tiempo que Dios le había dicho, cuando ella tenía 90 años y Abraham tenía 100 años. Y Abraham le puso el nombre Isaac, que significa risa.