En esos días, la gente vivía muchos años. Adán vivió novecientos treinta años y murió. Pasaron muchos años y la gente se multiplicó en la tierra, pero también el pecado multiplicó. Y Dios vio que era mucha la maldad de los hombres, que siempre estaban pensando en hacer lo malo. Entonces lamentó haber hecho al hombre, hasta que le dolió su corazón. Y Dios dijo, “¡Borraré los hombres de la tierra, hasta los animales y las aves, porque lamento haberlos hecho!”
Pero Noé era un hombre justo, que siempre obedecía a Dios. Él caminaba con Dios y cumplía su voluntad. Noé tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. Entonces Dios dijo a Noé, “He decidido destruir a toda la gente y el mundo con ellos porque la tierra está llena de violencia por causa de ellos. Construya un arca, o sea un barco grande, de madera; con tres pisos, una ventana, una sola puerta, y cúbrela con brea por dentro y fuera.” También Dios dio a Noé las medidas exactas para hacerlo.
Después Dios dijo, “Yo mandaré un diluvio sobre toda la tierra para destruir todo ser viviente. Pero yo te prometo salvar con tu familia. Llevarás contigo un macho y una hembra de todos los animales que hay para que ellos queden con vida. También guarda en el arca todo el alimento que tú y ellos necesitarán.” Y Noé hizo todo lo que Dios le mandó.
Cuando Noé tenía 600 años, él entró en el arca con sus hijos Sem, Cam y Jafet, su esposa y sus nueras. Y un macho y una hembra de cada clase de animales y aves entraron al arca de dos en dos, tal como Dios había mandado. Después, Dios cerró la puerta. En ese mismo día, se desbordaron las fuentes y se abrieron las cataratas de los cielos. Y cayó la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. Entonces las aguas cubrieron las montañas más altas, y subieron aún más. Por eso, murió todo ser viviente que había en tierra firme. Solamente Noé y los que estaban en el arca quedaron vivos y salvos.
Y las aguas quedaron sobre la tierra por ciento cincuenta días. Pero Dios no se olvidó de Noé y envió un viento para secar la tierra. Cuando Noé tenía seiscientos y un años, él quitó el techo del arca y vio que estaba seca la tierra. Después Dios dijo a Noé, “Sal del arca todos, y ellos lo obedecieron.”
Entonces Noé edificó un altar a Dios y ofreció un sacrificio. El sacrificio fue agradable a Dios y Él dijo a Noé, “Nunca más volveré a maldecir y destruir el mundo con un diluvio.” También Dios puso en las nubes un arco iris como señal de esa promesa. Y bendijo Dios a Noé y a sus hijos y les dijo, “Tengan muchos hijos y llenen la tierra de nuevo.” Y lo hicieron así.