Contaré

"Contaré todas tus maravillas."

-Salmo 9:1

El Testimonio de Pablo

Hechos 22:1-21, 26:5, 11, 17b-23

Esta es una historia compuesta de dos ocasiones donde Pablo dio su testimonio después de que los judíos lo llevaron preso e iba a matarlo.  Pero los soldados Romanos vinieron y le dieron una oportunidad de hablar a la gente.  La segunda vez era después de dos años antes del Rey.

Pablo dijo, “Hermanos y padres, escuchen mi testimonio.”  Al oír que hablaba a la gente en su propio idioma, guardaron silencio.

Yo soy judío.  Nací en Tarso, pero me crié aquí en esta misma ciudad de Jerusalén.  Estudié bajo Gamaliel, conforme a todas las leyes de nuestros padres.  Yo siempre he vivido como fariseo, la secta más exigente de nuestra religión. 

 Era tan celoso para Dios tal como todo ustedes son hoy en día.  Yo perseguí a los que seguían a este Jesús hasta la muerte, y llevé preso muchos de ellos, tanto los hombres como las mujeres.  Muchas veces los castigaba para obligarlos a dejar de creer en Jesús.  Estaba tan enojado que los perseguía hasta en las ciudades extranjeras. 

El sumo sacerdote y todos los ancianos saben muy bien que esto es verdad.  Aún me dieron cartas para nuestros hermanos judíos en Damasco.  Estas cartas me dio la autoridad de traer presos aquí los creyentes para ser castigados. 

Pero mientras yo iba en camino a Damasco, como al mediodía, de repente una fuerte luz del cielo brilló alrededor de mí.  Caí al suelo y oí una voz que me decía, “¡Saulo, Saulo!  ¿Por qué me persigues?”

Pregunté, “¿Quién eres, Señor?”  La voz contestó, “Yo soy Jesús de Nazaret, el a quien estás persiguiendo.”

Los que estaban viajando conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz.  Entonces pregunté, “Señor, ¿qué debo hacer?”  El Señor me dijo, “Levántate y entra en la ciudad de Damasco.  Allí te dirán lo que debes hacer.”

Pero la luz brillante me dejó ciego.  Mis compañeros tenían que llevarme de la mano a la ciudad.

Allí había un hombre llamado Ananías.  Él era un hombre que amaba a Dios y obedecía la ley.  Todos los judíos de Damasco hablaban muy bien de él. 

Él vino y acercándose a mí, me dijo, “Hermano Saulo, recibe la vista.” De inmediato recobré la vista y pude verlo.  Entonces Ananías me dijo, “El Dios de nuestros padres te ha escogido para conocer su voluntad y ver a Jesús, el que está justo, y oír su voz.  Pues tú vas a ser testigo suyo a todo el mundo contando lo que has visto y oído.  Ahora, pues, ¿qué está esperando?  Levántate y sé bautizado y lava tus pecados llamando el nombre del Señor.”

Cuando regresé a Jerusalén, estaba orando en el templo y vi una visión del Señor.  Me dijo, “Date prisa y vete de Jerusalén.  La gente aquí no van a hacer caso de su testimonio acerca de mi.”  Yo contesté, “Seguro, Señor, ellos saben que yo llevaba a la cárcel y azotaba los que creían en ti.  Y cuando mataron a Esteban yo mismo estaba allí, aprobando su muerte.  Hasta cuidé la ropa de los que lo mataron.”  Pero el Señor me dijo, “Vete.  Pues, voy a enviarte a los gentiles en lugares lejanas.  Te mando a ellos para abrir sus ojos para que ellos no caminen más en la oscuridad, sino en la luz, para que vuelvan de Satanás a Dios.  Entonces recibirán perdón de pecados y una herencia entre la gente de Dios.”

Así que no desobedecí a la visión del cielo.  Primero anuncié el mensaje a la gente en Damasco, luego a los de Jerusalén y toda la región.  Por fin fui a los gentiles también.  Seguí anunciando que deben arrepentirse y volverse a Dios, haciendo obras que demuestren el arrepentimiento de verdad.  Por eso algunos judíos me llevaron preso y quisieron matarme.  Pero con la ayuda de Dios sigo aquí dando testimonio a todos, tantos los grandes como los pequeños.  Yo no digo nada aparte de lo que los profetas y Moisés dijeron que iba a pasar-que el Mesías tenía que morir, pero sería el primero en resucitar anunciando la luz de salvación tanto a los judíos como a los gentiles. 

Diálogo: 

¿Cómo era la vida de Pablo antes de su conversión?

¿Cómo encontró a Jesús?

¿Cómo era la vida de Pablo después de encontrar a Jesús?

¿De qué manera adaptó Pablo su mensaje a sus oyentes?

¿Qué dijo el Señor a Pablo que fue el propósito de mandarle a la gente?

¿Por qué cree usted que Pablo contó su propia historia en vez de predicar un sermón?

¿Cómo podemos usar relatos de nuestra propia experiencia para compartir el mensaje de Cristo?

¿A quién compartió Pablo el mensaje?

¿Con quién puede usted compartir esta semana su historia personal de fe?

¿Quién ayudó a Pablo a dar testimonio?

¿Quién va a ayudar a nosotros?