Contaré

"Contaré todas tus maravillas."

-Salmo 9:1

¡Grítenlo Desde los Techos!

Mateo 10:1, 5-20, 27

Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para echar fuera los espíritus malos y para sanar toda clase de enfermedad.

Después, Jesús envió a estos doce hombres con estas instrucciones:

“No vayan a los que no son judíos ni a los samaritanos. Quiero que vayan a los perdidos de Israel. Díganles que el reino de Dios está por llegar.

“Siguen sanando a los enfermos, curando a los que tienen lepra, resucitando a los muertos y echando fuera demonios. Como ustedes han recibido sin costo, den sin cobrar.

“No lleven dinero, ni una bolsa para el camino, ni ropa o zapatos extras, ni bastón, porque el trabajador tiene derecho a su comida.

“Cuando entran en una ciudad o aldea, buscan a la persona de confianza y quédense allí hasta que salgan. Cuando entran en la casa, saludan con palabras de paz y bendición. Si el hogar es digno, su paz vendrá sobre la familia; pero si no es digno, su paz irá con ustedes.

“Si no los reciben o si no quieren oír sus palabras, salgan de esa casa o ciudad y sacuda el polvo de sus pies. Prometo que cuando llega el día de juicio, ellos serán castigados más que las ciudades de Sodoma y de Gomorra.

“Quiero que sepan que yo los estoy enviando como ovejas entre lobos. Sean, pues, tan sabios como serpientes e inocentes como palomas. Tengan cuidado de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. Los arrastrarán ante gobernadores y reyes por mi causa. Así darán testimonio de mí ante ellos y también a las diferentes etnias.

“Pero cuando los lleven a juicio, no se preocupen de cómo se van a defender, porque en esa misma hora se les será dado lo que tienen que decir. Ustedes no son los que hablan, sino que el Espíritu de Dios habla por medio de ustedes.

“Lo que les digo en la oscuridad, díganlo a la plena luz, y lo que les digo a voz baja, grítenlo desde los techos.”