Contaré

"Contaré todas tus maravillas."

-Salmo 9:1

Jesús Alimenta A Las Multitudes

Lucas 9:10-17, Marcos 6:30-44, Juan 6:14-15

Después de sus viajes de ministerio, los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces Jesús les dijo a los apóstoles, “Vengan, vamos solos a un lugar tranquilo para descansar.” Pues, tanta gente iba y venía que ellos ni siquiera tenían tiempo para comer. Así que Jesús y sus apóstoles se subieron a un barco para buscar un lugar apartado.

Pero mucha gente los vio salir, y corrieron de muchos pueblos a la orilla del lago y llegaron antes que Jesús y sus apóstoles. La gente había visto los milagros de Jesús y quería verlo de nuevo.

Cuando Jesús bajó del barco, vio la gran cantidad de gente que les estaba esperando y sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas sin pastor. Entonces Jesús empezó a enseñarles muchas cosas y a sanar a los enfermos.

Por la tarde, los apóstoles se acercaron a él y le dijeron, “Ya es muy tarde y aquí no hay nada. Ahora despide a la gente para que vayan a los pueblos cercanos y busquen comida y un lugar para descansar.”

Pero Jesús les respondió, “Denles ustedes de comer.”

Y los apóstoles respondieron, “¿De veras quieres que vayamos a gastar el salario de casi un año en pan para darles de comer?”

Jesús les preguntó, “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a verlo.”

Cuando lo averiguaron entre la gente, ellos regresaron y dijeron, “Tenemos cinco panes y dos pescados.” Entonces Jesús les mandó que todos se sentaran en grupos sobre la hierba verde. Y la gente se sentó en grupos de cien y de cincuenta.

Luego Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y bendijo la comida. Jesús partió los panes y los dio a los apóstoles para que los repartieran entre toda la gente. Lo mismo hizo con los dos pescados. Todos comieron hasta quedar satisfechos. Luego recogieron doce canastas llenas de los pedazos sobrantes de pan y pescado. Y fueron más de cinco mil personas que comieron aquellos panes y pescados.

Viendo este milagro que Jesús había hecho, la gente decía seguramente este es el profeta que hemos estado esperando. Entonces querían tomar a Jesús y hacerle rey. Pero Jesús lo sabía y se retiró al monte para estar a solas.