Jesús dijo esto a la multitud:
“Cuando ustedes oren, no lo hagan como los que quieren parecer religiosos. A ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles para ser vistos por muchas personas. Les aseguro que ellos ya han recibido el pago que merecen. Pero cuando tú ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre que ve lo que haces en secreto, te pagará. Y cuando ustedes oren, no repitan muchas palabras sin sentido como los paganos. Ellos creen que Dios les va a hacer caso porque hablan tanto. Entonces no oren como ellos oran. Su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan aun antes de que se lo pidan. Ustedes deben orar así:
Nuestro Padre celestial, que tu nombre sea honrado por todos.
Venga tu reino.
Que sea cumplido tu voluntad en la tierra, así como en el cielo.
Danos la comida que necesitamos cada día.
Perdónanos nuestros pecados, como nosotros perdonamos a todos los que nos hacen mal.
Y no nos diriges en caminos de tentación sino líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amen.
Porque cuando ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre celestial también perdonará a ustedes. Pero, cuando ustedes no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará los pecados que ustedes cometen.”