Contaré

"Contaré todas tus maravillas."

-Salmo 9:1

La Ascensión De Jesús

Juan 20:24-29, Juan 21:1-23, Mateo 28:16-20, Hechos 1:3-12

Tomás, uno de los doce discípulos, no estaba con ellos cuando Jesús se presentó vivo.  Entonces los otros  discípulos le dijeron, “¡Hemos visto al Señor!” 

Pero Tomás les contestó, “Si no veo en sus manos las heridas de los clavos, y tocarlos, y si no meto mi mano en la herida de su costado, no lo creeré.”

Ocho días después, los discípulos estaban reunidos de nuevo.  Esta vez Tomás estaba con ellos detrás de las puertas cerradas.  De pronto, igual que antes, Jesús se presentó en medio de ellos y dijo, “Paz a ustedes.”  Luego dijo a Tomás, “Mete aquí tu dedo y mira mis manos.  Y mete la mano en mi costado.  No seas incrédulo.  ¡Cree!” 

Tomás respondió, “¡Mi Señor y mi Dios!” 

Jesús dijo, “¿Crees porque me has visto?  Benditos los que sin verme han creído.”

Así pues, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús le había indicado. Y cuando vieron a Jesús, lo adoraron.  Pero todavía algunos de ellos dudaban.  Jesús se acercó y les dijo, “Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.  Vayan, pues, y hagan discípulos de la gente de todas las naciones, bautizándoles  en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  Enseñen a estos nuevos discípulos obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.  Y yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.”

Durante cuarenta días después de su muerte, Jesús se presentó a hombres y a mujeres muchas veces, una vez a 500 personas. Les hizo muchas pruebas que él estaba vivo. También les habló acerca del reino de Dios.  Jesús les ordenó a los discípulos: “No salgan de Jerusalén.  Esperen aquí hasta que Dios manda el Espíritu Santo tal como lo prometió.” 

Los discípulos le preguntaron: “¿Señor, vas a volver a establecer el reino de Israel ahora?”

Pero Jesús les contestó: “No es para ustedes conocer el momento que Dios ha fijado para eso. Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y darán testimonio de mí en Jerusalén, en toda la región, y hasta en los lugares más lejanos del mundo.”

Después, mientras ellos lo estaban mirando, Jesús fue llevado al cielo hasta que una nube lo cubrió y no volvieron a verlo. Ellos estaban mirando fijamente al cielo cuando aparecieron dos hombres vestidos de blanco y les dijeron: “Hombres, ¿por qué están mirando al cielo?  Jesús ha sido llevado al cielo, pero un día vendrá otra vez de la misma manera.”  Entonces ellos volvieron a Jerusalén para esperar el Espíritu Santo tal como Jesús lo había ordenado.