Moisés reunió a los Israelitas y les dijo: “Escuchen, Israel, los mandamientos que les digo. Apréndanlos bien y pónganlos en práctica.
“Si ustedes cumplen fielmente los mandamientos que les doy, si aman a Dios y lo sirvan con todo su corazón, entonces él mandará la lluvia en el tiempo que la necesita para sus siembras. También dará mucha hierba para el ganado. Y ustedes tendrán bastante comida.
“Pero tengan cuidado. No se aparten de Dios para adorar y servir a otros dioses. No se inclinen ante ellos. Si lo hace, el Señor se enojará contra ustedes. El cerrará los cielos para que no haya lluvia. La tierra no dará sus frutos. Y muy pronto ustedes morirán en la buena tierra que Dios les va a dar.
“Entonces, grábense estas palabras en tu mente y en tu corazón. Átenlas en tus manos y en tus frentes como recuerdos.
“Hoy les presento la opción de una bendición o una maldición. Si obedecen los mandamientos del Señor tu Dios que hoy les ordeno, tendrán la bendición. Pero si ustedes no obedecen a Dios adoren y siguen a otros dioses, recibirán la maldición. Los padres no serán condenados a muerte por los pecados de sus hijos. Ni tampoco los hijos por los pecados de sus padres. Cada persona morirá por su propio pecado. Pero si ustedes obedecen al Señor tu Dios y cumplen sus mandamientos escritos en este libro de la ley; si ustedes lo sirven con todo el corazón, entonces el Señor tu Dios les hará prosperar en todo lo que hagan. Él les dará muchos hijos y también mucho ganado y buenas cosechas. Dios gozará en ustedes.
“Este mandamiento no es demasiado difícil para ustedes. Ni está fuera de su alcance. Nadie tiene que subir al cielo y traerlo para que lo podamos oír y obedecer. Nadie tiene que cruzar el mar y traerlo para que lo podamos oír y obedecer. Al contrario, el mandamiento está en tu boca y en tu pensamiento para que lo puedas cumplir.
“Miren, hoy les presento la opción de la vida y el bien, o de la muerte y el mal. Hoy te mando amar al Señor tu Dios, seguir en sus caminos, y cumplir sus mandamientos. Así vivirá y prosperará. Y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra que van a ocupar.
“Pero si tu corazón se vuelva y no obedeces; si te arrodillas ante otros dioses para hacer su culto y servirlos, entonces serás destruido. No vivirás mucho tiempo en la tierra.
“Hoy, pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes. He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. ¡Entonces escoge vida!”