Un día, Jesús estaba enseñando y sanando a una multitud grande todo el día. Al anochecer este mismo día, Jesús dijo a sus discípulos, “Vamos al otro lado del lago.” Entonces él subió a un barco con sus discípulos, y partieron.
Mientras cruzaban el lago grande, Jesús se acostó para descansar. De pronto vino una tormenta grande con mucho viento fuerte. Las olas empezaron a meterse en el barco. Por eso, el barco estaba por hundirse y todos estaban en grave peligro.
Pero Jesús estaba dormido en la parte atrás sobre una almohada. En cambio, los discípulos tenían mucho miedo. Los discípulos se acercaron a Jesús para despertarlo y gritaron, “¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos estamos muriendo!”
Jesús se levantó y dijo al viento y al mar, “¡Silencio! ¡Quédate quieto!” Enseguida el viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
Después dijo Jesús a sus discípulos, “¿Por qué están asustados? ¿Qué pasó con su fe?”
Pero ellos se quedaron asustados y asombrados. Y los discípulos se preguntaban los unos a los otros, “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?”
Un día, Jesús estaba enseñando y sanando a una multitud grande todo el día. Al anochecer este mismo día, Jesús dijo a sus discípulos, “Vamos al otro lado del lago.” Entonces él subió a un barco con sus discípulos, y partieron.
Mientras cruzaban el lago grande, Jesús se acostó para descansar. De pronto vino una tormenta grande con mucho viento fuerte. Las olas empezaron a meterse en el barco. Por eso, el barco estaba por hundirse y todos estaban en grave peligro.
Pero Jesús estaba dormido en la parte atrás sobre una almohada. En cambio, los discípulos tenían mucho miedo. Los discípulos se acercaron a Jesús para despertarlo y gritaron, “¡Maestro! ¡Maestro! ¡Nos estamos muriendo!”
Jesús se levantó y dijo al viento y al mar, “¡Silencio! ¡Quédate quieto!” Enseguida el viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo.
Después dijo Jesús a sus discípulos, “¿Por qué están asustados? ¿Qué pasó con su fe?”
Pero ellos se quedaron asustados y asombrados. Y los discípulos se preguntaban los unos a los otros, “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?”