Jesús dijo: “Yo soy la puerta. Cualquiera que entre por mí será salvo. Podrá salir y entrar y siempre tendrá pasto.
“El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que ustedes tengan vida, pura vida, lo mejor de la vida.
“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. La persona que solamente trabaja por el salario huirá cuando viene el lobo. Por eso, el lobo atacará y las ovejas huirán por todos lados. Él dejará las ovejas porque el no es el pastor ni el dueño. A él no le importan las ovejas, sólo le importa su pago.
“Yo soy el buen pastor. Conozco mis ovejas y ellas me conocen a mí. Así mismo, mi Padre me conoce y yo conozco a mi Padre. Yo doy mi vida por las ovejas.
“Tengo otras ovejas en otros lugares. Tengo que traerlos también. Ellas obedecerán mi voz y así habrá un solo rebaño y un solo pastor.
Mis ovejas reconocen mi voz. Yo las conozco y ellas me siguen.
“Yo les doy vida eterna. Y nadie me las quitará de mi mano. Mi Padre es todopoderoso y él me las ha dado. Nadie las puede arrancar de la mano de mi Padre.
“No se afligen. Confíen en Dios. También confíen en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir. Y yo voy allá para prepararles un lugar. Si no fuera así, no se lo hubiera dicho.
“Después de irme y prepararles todo, vendré otra vez para llevarlos conmigo. Así estaremos juntos para siempre.
“Ustedes ya saben para donde voy y como llegar.
Pero Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino?
Jesús respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre sino por mí. Si ustedes de verdad me conocen, también conocerán a mi Padre. Y desde ahora conocen al Padre. Pues lo han visto.”